Reevaluacion!

En un año nuestro país celebrara el
bicentenario de su guerra de independencia y el
centenario de su Revolución. Sin embargo, si bien nuestro
gobierno y una minoría se preocupan solo sobre el plan de
la celebración de ambos acontecimientos históricos, para algunos
de nosotros,estos son recordatorios de la creciente distancia
entre el estado actual de nuestra nación y aquel que
nuestros padres fundadores deseaban. Hace 199 años
que Miguel Hidalgo declaró nuestra independencia del estrangulamiento de las cadenas de la opresión española. Ahora que
se acerca este aniversario, debemos darnos cuenta que
Mexico que todavía estas detenido por esas mismas cadena, solo que por otro opresor. Los objetivos de nuestra
Independencia y nuestra Revolución han sido, todavía
son, y seguirán siendo traicionados por los que
se han corrompido por el poder que la gente de Mexico les han encomendado. Este mal ha descuidado y salvajemente mutilado el justo espíritu de nuestra nacion. En Mexico moderno, los pocos han
prosperado a costa de los muchos, ellos han
adquirido, mientras que el hobre común ha perdido. La creciente
brecha entre los ricos y pobres de la nacion es
prueba de la desviación que el país ha tomado de su
destino, su código moral, y, simplemente, el
el interés de la gente. La creciente violencia relacionada con las drogas
demustra la incapacidad del gobierno para hacerle frente.
La inseguridad plaga las calles de nuestro país, mientras que la comida
escapa las bocas de nuestros niños. Cuando nuestros compatriotas
salen en busca de una vida mejor, el gobierno
trata de ocultar los problemas que enfrentamos. Las enfermedades son
rampas, siempre afectando sólo a los pobres. La falta de
la educación es prevalente entre las comunidades mas necesitadas. A pesar de todas estas cosas, el gobierno Mexicano apunta a la aumento de los ingresos del
ya rico como prueba de la prosperidad; ellos
ven motivo de celebración. La disidencia brilla unal
luz sobre el oculto y amplifica la voz de
el inaudito. Seamos los titulares de la luz. Nosotros
vemos causa de disidencia!

Reevaluation!

In a year our country will be celebrating the bicentenary of its war of Independence and the centenary of its Revolution. Yet while our government and an unconcerned minority plan on celebrating both of these historic events, for some of us, they are reminders of the growing distance between the current state of our nation and the one our forefathers intended for it. It was 199 years ago that Miguel Hidalgo declared our Independence from the strangling chains of Spanish oppression. As we draw near this 200 anniversary, we must realize that Mexico is still bound by those very same chains just from a different oppressor. The goals of our Independence and our Revolution have been, still are, and will continue to be betrayed by those who have been corrupted by the power Mexican people have entrusted to them. This neglected ill has deviously crippled our nation's righteous spirit and savagely mutilated it. In modern Mexico, the few have prospered at the expense of the many; they have gained while the common men have lost. The growing gap between the nation's wealthy and poor is evidence of the country's deviation from its intended path, its moral code, and, simply, the people's interest. The rising drug-related violence portray the government's inability to deal with it. Insecurity plagues our country's streets, while food escapes our children's mouths. As our countrymen leave in search of better lives, the government tries to hide the problems we face. Diseases are ramping, always affecting only the poor. The lack of education is prevalent among the communities in most need. Despite all these things, the Mexican government points to the rising income of the already-rich as evidence of (unjust) prosperity; they see cause for celebration. Dissent shines a light upon the unseen and magnifies the voices of the unheard. Let us be the holders of the light. We see cause for dissent! 

Por igualdad y prosperidad, Viva Mexico!